3/10/10

Qué hacer cinco días en Frankfurt

Buenos Aires. Octubre de 2010

¿Qué hacer cinco días en Frankfurt?

Escuchar a Barenboim en el Alte Opera; visitar el invernadero de cactus del Palmengarten; admirar las ilustrativas maquetas de la ciudad, antes y después de la II Guerra en el Museo histórico (1 euro);tomar un apfelwein en la Plaza Roemer; cruzar desde la Plaza Roemer por el puente Eiserner Steg para cenar en el barrio de Alt-Sachsenhausen (barrio viejo); clavarse un Frankfurter y una cerveza en un puesto de la calle; ir a visitar la casa de Goethe en Frankfurt y la de Gutenberg en Mainz; pasarse una tarde en el Museo de arte moderno (MMK) y tomarse un Cafe en el Museo Liebieghaus
(escultura); comerse un plato de gruene sauße en Stalburg (después de las
6 pm); brindar por la literatura argentina en el Die gute Stute.

Quiero con estas ideas y sugerencias optimizar el viaje de sesenta escritores argentinos que visitarán, la mayoría por vez primera, la Feria de Frankfurt invitados por el Estado argentino.

Por supuesto en la Feria podrán ver muchas bellas tapas, de libros en muchos idiomas, aunque no podrán comprarlos ya que los expositores no tienen permitida su venta. Habrán también de participar de la agenda de actividades culturales y turísticas que la Cancillería Argentina les ha preparado.

Es que la BuchMesse es una feria de negocios. Sus clientes son editores y agentes que entre sí negocian contratos de traducción y publicación para beneficio propio y de sus autores locales e indirectamente de sus culturas nacionales y regionales. Sin embargo la política estatal argentina ha sido, al menos hasta donde es pública, la de no apoyar económicamente el viaje o la estadía de ningún agente o editor argentino.

Mis argumentos sobre las desavenencias y los errores en la política de COFRA en su relación con las fuerzas vivas del sector están en coincidencia EDINAR bajo el título Argentina desaprovecha una oportunidad irrepetible en la Feria de Frankfurt, por lo que no me extenderé en ello.

Aquí quiero dirigirme directamente a los autores -muchos de ellos amigos personales- que en su tiempo libre en la Feria visitarán también a algunos de los cientos de agentes de derechos que asisten a la misma y muchos de los cuales estarán dispuestos, sin que medie inversión o riesgo por su parte, a incluir media docena de nombres más a sus ya extensos listados de autores extranjeros representados. Nombres que difícilmente se editarán en Alemania, cuyos editores estarán dedicados este año a la adquisición de derechos de literatura islandesa, ya que es ese volcánico país el próximo invitado de la BuchMesse y cuyos contenidos traducirán durante los próximos meses.

Es por ello que me gustaría recomendarles a los autores argentinos que, si acaso encuentran agentes internacionales que se muestren interesados en la representación de sus obras y les ofrecen formas de trabajo y contratos
que estimen convenientes, opten por excluir de esos acuerdos de representación sus territorios nacionales, e incluso, los de su lengua.

A mi, y creo que lo mismo les ocurre a muchos colegas, nos resulta especialmente incómodo y poco auspicioso para la relación de los autores argentinos y sus editores locales -que sí arriesgan concretamente con cada una de las publicaciones de sus obras- obligarse a mediar sus relaciones editoriales futuras a través de intermediarios en Frankfurt, Paris, New York y Barcelona.

Por lo demás, estimados autores, los invito a acompañarnos en el party que ofrecerán lamarcaeditora e interZona el día miércoles a las 18:30 en el que brindaremos por el éxito de vuestra visita en la Feria.

Con amistad,


Guido INDIJ
editor

3 comentarios:

  1. Estimado Guido:

    Comprendo los motivos de tu pedido a los autores, pero es un pedido que debe ser desoído los que deseen la proyección internacional de su obra.
    Por motivos obvios, ningún agente literario toma en representación a alguien que le escamotea el mercado donde su obra podría funcionar mejor: el del país donde vive y a cuyos lectores les habla en su lengua vernácula y desde un imaginario compartido.
    Tú que conoces bien el mundo de las artes plásticas lo entenderás mejor si te recuerdo una práctica secular de los galeristas: no tomar la representación de artistas extranjeros (o argentinos que desarrollan su arte y su vida en otras geografías)porque su valor de mercado es ínfimo lejos de sus tierras.
    A nadie le gusta trabajar por nada. Por eso, casi ningún agente serio tomará la representación de un autor argentino solo para los derechos de traducción. Es uno de los rubros más onerosos para un agente y los frutos son escasos: casi nunca un editor paga anticipos importantes por los derechos de traducción de una obra, que no son derechos primarios sino secundarios.
    El consejo que estás dando no tiene en cuenta ni al autor ni a sus lectores, los dos pilares de una industria editorial vital y enérgica.
    Por lo demás, estoy de acuerdo contigo en que el panorama general de la edición argentina en materia de propiedades intelectuales que controla está por debajo de la línea de pobreza. Es casi indigente. Pero no es con el sacrificio de los autores a una carrera internacional como se revertirá esta situación.
    Se revertirá cuando las editoriales argentinas puedan exportar libros sin penalizaciones a todos los países de la región de la cual son, de alguna manera, vanguardia. Se revertirá cuando los editores argentinos puedan asegurarle a sus autores la circulación masiva de sus obras en éste y otros mercados. Se revertirá cuando publicar con un editor argentino sea más atractivo que hacerlo con uno de Barcelona.
    El tuyo es un pedido comprensible, pero injusto para las expectativas que un autor pueda tener en su obra. Creo que se basa en un desconocimiento (o en unas anteojeras que no dejan ver) cómo funcionan de verdad las industrias del copyright y de qué manera debemos cambiar desde esta industria de la edición, diezmada desde 1976 hasta el 2002, para volver a ocupar un lugar de relevancia, en el cual la propiedad intelectual de los autores se pueda inscribir en la creación de riqueza de la sociedad a la pertenecen.
    De todo esto podemos seguir conversando a tu regreso de Fráncfort. Pero son los editores quienes deben ofrecer alternativas. No es el papel de los editores pedir favores a los autores como, por ejemplo, que cercenen sus oportunidades en beneficio de un eventual editor local.

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  2. Querida,
    Hay dos cosas que no comparto. Una, sostener q ningún agente serio tomaría una autor que limite sus territorios. es una practica habitual.
    Dos, que lo q estoy pidiendo en que los autores desistan de editar con sus editores catalanes... Porque a un autor argentino no hace falta q le señale yo que para la Argentina le conviene editar con una editorial local. Lo que les pido, es que no me pongan a discutirlo con un agente que no habla mi idioma.
    Lo que voy a hacer exactamente dentro de 3 minutos.
    La seguimos...

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  3. Lo dicho. La agente de un escritor mexicano que publica mi editoria así como otras de Latinoamerica y España me acaba de informar q en el futuro deberé contratar directamente con él. Que ella lo seguirá representando, desde BCN, solo para lenguas extranjeras.
    Esa medida que tomo el escritor de marras es aquello q estaba sugiriéndole a nuestros autores.
    El resto, como decís, lo charlamos a la vuelta...

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